23 de octubre de 2012

Rescatando: Toma II

A pesar de estar casi sin palabras, hoy la palabra que rescato es, sin duda, SALUD.(pinchando en la palabra está el post completo)
"Salud, la que  valor al dinero y sentido al amor. Cuando desaparece, se van la paz, la calma, la felicidad, la comodidad y, muchas veces, la independencia también." 
"Una enfermedad que sólo el nombre ya parece desgarrador en si mismo: cáncer. ¿Quién no conoce a alguien que haya tenido o tenga cáncer? una enfermedad que se vuelve terriblemente familiar. El camino es duro, largo, y lleno de piedras pero son muchos los que consiguen vencerlo, por ello, para todos los que ahora se encuentran bajo la tormenta, no perdamos la ilusión de ganar la batalla. Salud para dormir sin miedo. Salud para despertarnos sin angustia. Salud para seguir poniéndo banda sonora a nuestra vida."



Los latidos del corazón, amplificados, resuenan en este silencio en soledad. Llevo toda la noche despierta, esparciendo la angustia por la almohada. Me llegan más noticias tristes desde Copenhague, y me quedo tiritando en una esquina, sin saber qué hacer. Mientras, miles de pensamientos se atropellan entre sí. Y es que, ¿qué hace uno cuando le dicen que alguien a quién quiere mucho se está quedando sin aire? Siento una pena de esa que hiela, con la sensación de haber agotado todas las lágrimas del mundo. Siento rabia de que la vida sea así de injusta; impotencia de no poder solucionar la situación; miedo de que suceda lo que pronostican. Pero sobretodo siento pena, mucha pena viendo como este huracán que ha llegado por sorpresa esté arrasándolo todo de esta forma. Él es un amigo, una burbuja. Es ese arquitecto de lados incorrectos del que a veces os hablo. Es quién guarda secretos. Y también quién me ha hecho cómplice de muchos de los suyos. Y llevo toda la noche pensando en tantas cosas... Pero desde ayer, tras recibir la noticia no he podido dejar de pensar en ella. Ella que no sabe nada de lo que está ocurriendo. Ella con la que un día intercambió trozos de corazón, y con la que sé que tienen algo pendiente por decirse. No sé vosotros, pero yo si fuese ella me gustaría verle aunque fuese un minuto, aunque fuese a través de un cristal. ¿Por qué nos da tanto miedo cuando un médico nos pone fecha de caducidad? Quizás porque nos recuerda lo que durante tanto tiempo obviamos: que esto tiene fin. Pero sobretodo porque el fin lo vemos más cercano que nunca. Y yo no quiero fin. No quiero el fin ahora. Pero la vida tiene esa parte impasible de que le da igual lo que nosotros podamos desear...

17 de octubre de 2012

Rescatando: Toma I

Sad News by Chris Garneau on Grooveshark
Prometí que esto no era una despedida al uso y las promesas hay que cumplirlas siempre. La época que vivo hace que rescate este post de "Los bloggers tienen la palabra", con la palabra MIEDO (enlace pinchando sobre la palabra). En estos despertares en los que adormilada todavía, de repente el cuerpo agitado confirma que no es pesadilla sino realidad lo que está sucediendo. El corazón retumba en las sienes. Y ese miedo que abraza nos hace sentir cada vez más indefensos y minúsculos. Comienzan los días llenos de una quietud temblorosa. Quietud de esa que nos deja varados, en la que sólo podemos esperar a que amaine el huracán; y mientras, temblamos como cuando te quedas sin ropa frente al mar en una noche de Enero. Temblamos de miedo a escuchar lo que no queremos escuchar. 



Ese miedo que, mezcla pena y angustia, oprime. Y retrocedo a una de mis peores épocas, podría decir que la peor, hace ahora cuatro años. Sin embargo, ahora hablamos de vida o muerte, y en esta dicotomía todo toma otro sentido. El estómago se ha revuelto, se ha cerrado. La boca también se ha cerrado, parece hermética; las mandíbulas aprietan y sólo se escapan monosílabos. Tengo al lado a alguien que me pregunta si tengo frío, si me encuentro bien, si me duele algo... y yo lo que tengo es miedo. Un miedo horrible que me congela sin palabras, y me escucho titubeando un "sí", "no", "claro", "ya", "ya", "ya"... La garganta parece agarrotada. Siento que las lágrimas se van garganta abajo. A las lágrimas les da miedo el miedo y deciden llorar sigilosamente. Todos a merced de un miedo a la muerte; a veces, la muerte de algunos a los que más queremos puede darnos mucho más miedo que la nuestra propia.

A estas dos burbujas las estamos esperando, diferentes personas pero todos con las mismas ganas. Yo quiero una tarde de esas nuestras, como estas últimas, igual a esas pero sin el miedo a todo esto que venía. Se vuelve tan complicado hablar de felicidad estando muerto de miedo... Absolutamente bloqueada entre noticias y más noticias a las que les falta esperanza. Porque como decía en el otro post, todos en algún momento tuvimos al miedo sentado a nuestro lado. Y ahora lo tengo aquí,a mi vera. 

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