21 de diciembre de 2010

Los bloggers tienen la palabra: SATISFACCIÓN


Primero, un poco de música para sentirnos satisfechos, para que nos atrape la tranquilidad cuando no hay hueco para nada más. Una canción de uno de mis grupos de cabecera. Esta canción me huele a Navidad sin hablar de Navidad. Se queda un halo de esa euforia nostálgica.
La última palabra antes de Navidad. Palabras como regalo podrían ser la acertada, pero para mi la palabra de este año sería satisfacción. Hoy todos mostrando nuestras satisfacciones particulares de este 2010... Porque seguro que no ha existido el año en el que no podamos haber guardado una satisfacción en nuestra colección individual.

imagen : we heart it
Unos días y nadaremos en Navidad, este año Diciembre está siendo todavía más veloz que otros años. Mi casa se ha cortado el pelo y ha decidido maquillarse. Ha cogido un recorte de revista y se propone ser como ella, pero con su yo particular autoproclamándose. No ha llegado el árbol, pero han llegado las luces. Como os decía el otro día, han llegado las velas cuando las tardes quieren ser noches. Los regalos están esperando a sus destinatarios. Mi lista este año es corta, intensa y franca. No hay cosas materiales que se me ocurran para ser pedidas, esas que podría conseguir cualquiera. Quizás por eso me siento bien, como decía el poeta, ligero de equipaje. Sentir que uno necesita cada día menos para ser feliz es un gran regalo a uno mismo. Sentir la ingravidez. Satisfacción en el aire. Unas navidades en las que tendremos la gran cena donde lo importante no será lo tangible sino el brindis por seguir juntos un año más, igual que un racimo de uvas que intenta recolocarse en el frutero, amoldándose a todo lo demás. Con las necesidades saciadas, los deseos cumplidos, las dudas resueltas, las exigencias cumplidas... Sólo queda hueco para sentirse satisfecho. Viendo como tras la tempestad llega la calma. Salud y equilibrio para vosotros, esos de los que ahora mismo me acuerdo. Un gran momento que se expande a lo que me rodea. Confluye con el gran momento que viven ellos, los que más quiero. Que todo este buen momento se prolongue al infinito. Yo quiero una navidad como esta, una navidad que dure todo el año. Un invierno donde no notes el frío, regalos que gritan sinceridad, luces, cuentos que siempre terminan bien. Pupilas que emanan calor, miradas que consiguen hacerte sentir orgulloso. Quiero que me cuentes lo que ves. Quiero que me cuentes todo lo que quieres ver. Feliz Navidad!


Gracias por la palabra,unas de las dejadas por Idriel Nandri. Realizado. Tranquilidad. Una mezcla que se acerca a satisfecho. Gracias por la satisfacción de que cada día hay alguien por aquí, de que todavía hay gente que sigue queriendo quedarse a leer a una Estrógena que os espera sentada en el sofá para hablar.

15 de diciembre de 2010

Los bloggers tienen la palabra: NIEVE/DICIEMBRE

Una misma blogger que ya ha salido por esta sección en otras ocasiones me dejaba hace un par de semanas dos palabras que van casi de la mano: nieve y diciembre. Me quedo con Diciembre por toda la nieve que nos regala. Me quedo con la nieve por pintarnos de blanco todos los diciembres. Los copos caen con toda parsimonia del mundo mientras nos invitan a quedarnos en casa. Hoy y aquí, todos en este sofá compartiendo mantas.
Pesadilla antes de Navidad debería de titularse este post, escrito ayer, día en que los bloggers tenéis la palabra. Hoy pretendía ser editado para ponerle imagen pero... este ordenador de trabajo ha decidido borrarlo absolutamente todo. Sólo se ha conservado la primera parte, rescatada desde mi página de facebook donde cuelgo los enlaces a los posts...
Pero nada ni nadie va impedir que hablemos de Diciembre, como nada ni nadie puede impedir que la nieve empiece a caer hasta cubrirlo absolutamente todo. La palabra Diciembre parece indivisible de la palabra Navidad, cierto, a mi también me recuerda a Navidad, pero a muchas cosas más... Para mi Diciembre es ese mes fugaz que trae luz a las oscuridad de las noches de invierno. Me encantan las luces, esas luces blancas colgadas por todas partes. Y velas, muchas velas encendidas por toda la casa cuando las tardes quieren ser noches. Comida elaborada, postres y más postres en los que todos ponemos una parte de nosotros. Buena bebida rodeada de buena conversación y, el ruído de la música y los discos dando vueltas por toda la casa. He aquí unas buenas navidades. Este año he desestimado la idea de poner el árbol en pleno cambio de salón. Época de cambios anunciando Navidad sin árbol. Las luces ayudarán a ambientar. Este lunes ha sido mi santo. Lunes y Santa Lucía. Celebrando que en la noche más larga del año hay un anucio de que caminamos hacia los días de luz. Definitivamente me apasionan las luces. Quizás no sea casualidad mi nombre. Quizás nada sea casualidad.
Diciembre y las calles inundadas de gente. Diciembre y los villancicos en las tiendas. Diciembre y las luces iluminando las noches tempranas. Diciembre es ese mes fugaz en el que hacemos recuento, planeamos los sueños y proyectamos los deseos, celebramos navidad y recibimos un nuevo año. Pero eso será más adelante, por lo ahora, vivimos Diciembre que no es poco. Y yo deseo un Diciembre lleno de luz para todos...
Me quedo con Diciembre porque tiene algo especial.
Melburnian Sturbucks ha sugerido las palabras hace unas semanas. Gracias por acercarnos a Diciembre nevado hasta este sofá.

7 de diciembre de 2010

Los bloggers tienen la palabra: ERROR

Esta semana se está haciendo extraña, el domingo parecía sábado; el lunes, domingo; el martes, lunes porque me ha tocado trabajar, pero ahora que se está terminando el día casi diría que es viernes porque mañana será un día de relax. Mañana, sin embargo, pensaré que es domingo siendo miércoles y el jueves parecerá un lunes más... Entonces, parece que el viernes nos habremos regulado. Y con todo esto parece que vivo en el error. ¿Quién no ha estado alguna vez en algún error? Otros caminan toda una vida errados... mientras unos creen haber encontrado el verdadero acierto. Y es que todos hemos cometido un error alguna vez. Hoy en el sofá, todos enmendando nuestros errores.

Frente al válido se sienta el error. En distintos campos encontramos el error, como símbolo de lo equívoco. Alguna vez hemos prejuzgado y el tiempo nos dijo que habíamos cometido el error de encasillar a esa persona en un sitio que no era el suyo. Nos volvemos jueces pasionales y subjetivos que ajustician en el error. Tras un mal día, a veces, salen de nosotros sentimientos erróneos y adulterados y, en el mal caso ocurre que esos sentimientos se vuelven réplicas desdeñosas. Qué horror cuando nos damos cuenta de que estamos en el camino errado, sin embargo, debería de ser un alivio... puede que no sepamos por dónde debemos dirigirnos, pero al menos sabemos por dónde no debemos seguir. Ya hemos dado el primer paso en positivo. Y es que lo peor del error no es cometerlo, sino no rectificarlo. Lo peor del error es vivir eternamente en él, sin estar dispuesto a valorar otras vías. Yo he cometido un error con mis cortinas, ahora se muestran cortas. Otras las remplazarán. Época de cambios. El error de haber cogido un bus antes de tiempo que no era el correcto y terminar llegando tarde. Cometo el error de distorsionar las recetas de repostería, en las que creo que "poquito" más o "poquito" menos no influirán en el resultado definitivo. Tengo varias compras error en el armario, ¿cuándo llegará el orden a esa parte de la casa? Hay por ahí errores que llevan nuestro nombre, pero quizás esté ya tachado por haber sabido corregirlo... Porque el peor error no es el que se comete, sino el que no se sabe aceptar.

Idriel Nandri deja de nuevo una palabra. Gracias por seguir pasando por este sofá. Os invito a recordar los errores del sofá...

2 de diciembre de 2010

Los bloggers tienen la palabra: RECUERDOS



Llevo todo el día inmersa en la memoria, la cognición, el lenguaje... y el alzheimer, preparando una sesión para mañana. Y mientras leía pensaba que hoy es martes, barajaba las palabras que me dejáis y recordé la palabra recuerdos... Pasaba la tarde y más acertada me parecía la elección para el día de hoy. He llegado a casa y he comprobado que recuerdos tiene su propio post aquí, pero

esos eran los principios del blog y este sofá todavía estaba casi vacío. Además, la palabra merece su sitio en el lugar donde los bloggers tienen la palabra, porque si algún día este blog cierra las puertas, siempre me gustaría quedarme con el recuerdo de estar escribiendo, buscando música, editando imágenes, publicando y leyendo todos esos comentarios que me llegan envueltos en mimo. Yo y mis recuerdos, míos y sólo míos, de aquel sofá para hablar. Yo y mis recuerdos, que tantos fabricais día a día.
imagen: Nicoleta Ceccoli
Los recuerdos caminan contigo y conmigo hasta que ellos mismos deciden irse. No creo que nadie pueda echarlos, ojalá fuese tan fácil despedir a un recuerdo como aquel que despide a lo que no le importa. Qué triste que a veces se escapen rebeldes sin ser despedidos. Imágenes e imágenes se archivan en esa caja de cartón con un letrero en el que puede leerse "memoria". Traemos al presente cualquier parte del pasado, desde cómo andar en bici hasta la cara del profesor cuando nos miraba y decía: "al enceraaaaaaaaado!!!!!!!!!!!!!". Podemos volver a vivir aquel viaje de nuevo. Cerramos los ojos y buscamos dentro de la caja. Todos tenemos nuestros propios recuerdos, a los que hemos puesto nuestra esencia. Y es que eso de que cada uno cuenta su historia es totalmente cierto. Y es que aquella tarde de verano cada uno la recuerda diferente, de una forma única. Luego aparecen los recuerdos de algo que nunca existió, aunque parezca mentira. La memoria caprichosa y no siempre sincera, a veces juega a distorsionar los planos, las voces, lo escuchado. Y si nos preguntasen podríamos jurar que aquello sucedió así, y sin embargo, esa historia nunca ocurrió. Curioso. A veces surge como un proceso de filtrado con el ánimo de eliminar lo que no debe tener lugar, otras veces se quedan y nos peleamos con recuerdos que intentamos romper, pero ellos con vida propia surgen cuando quieren y como quieren. Pero peor es querer recordar quién es esa cara que nos sonríe amablemente y no poder discernir de quién se trata. Mucho peor querer volver a casa, estar en la calle paralela y no saber dónde nos encontramos; querer recortar y pensar para qué sirve aquel instrumento que llaman tijeras. Mucho peor es cuando te dicen tu nombre y preguntas quién es. Para todos los que viven en esa laguna, hago mía el título de la canción, yo estoy aquí y... voy a hacerte recordar.

La palabra la ha dejado Ángela una reciente blogger con un sitio en el sofá. Gracias por la palabra. Yo sigo buscando palabras. Sigo buscando la forma de poder esparcir los recuerdos sin que ninguno de ellos eche a volar...

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